Desde sus antecedentes alquímicos, pasando por la revolución química de Lavoisier y Dalton del siglo XVIII hasta nuestros tiempos, la Química ha pasado a convertirse en  una ciencia central porque se relaciona con todas las demás, que en mayor o menor medida precisan de ella en sus investigaciones y nuevos hallazgos, actuando como pivote entre otras disciplinas científicas, pues interacciona con la Biología para la resolución de los problemas asociados a la vida y se alía con la Física en el estudio de nuevos materiales y de las partículas elementales y la cosmología.

La industria y la investigación química han sido decisivas en los dos últimos siglos para incrementar el bienestar de los pueblos. Basta pensar en la vida cotidiana: las fibras que nos visten y nos comunican, los medicamentos que han aumentado las expectativas de vida  y mitigado las dolencias de las enfermedades, los fertilizantes que han multiplicado las cosechas y colaborado junto a la mejora de los nutrientes a una alimentación de más calidad, los catalizadores, plásticos, cristales líquidos y la amplia gama de subproductos del petróleo.

Se ha tenido que pagar en ocasiones el precio de residuos nocivos de determinados procesos químicos que afectan negativamente  al medio ambiente. Sin embargo,  las soluciones  a estos problemas, casi siempre vienen de la mano de la Química, aunque hay que seguir progresando en el tratamiento y eliminación de contaminantes.

A partir del nacimiento de la Química moderna se han producido millones de moléculas diferentes, pero sólo una selecta minoría desempeña un papel relevante en nuestra vida. Actualmente los científicos pueden tener una visión directa de su geometría,  lo que ha permitido  explicar el comportamiento de la materia. Escribe el profesor de Oxford Peter Atkins, en su libro Molécules au quotidien: “Mientras usted descansa en una habitación es bombardeado por una flota continua de moléculas. Cuando admira los colores de una orquídea o los detalles de un paisaje, disfruta de las moléculas que los componen y al saborear un alimento o una bebida se deleita con ellas. Estamos constituidos de moléculas”.

Los sectores industriales químicos protagonizaron un extraordinario  despegue en la segunda mitad del siglo XX con la automatización y por el auge de nuevas materias primas, especialmente el petróleo, el gas natural y sus derivados, pero también por la alta purificación de los gases y el elevado grado de desarrollo de las fábricas de colorantes y de materiales plásticos diversos. Estos y otros factores han contribuido a que la Química  industrial  juegue un papel  estratégico en las sociedades del siglo XXI y sea un indicador del potencial de las naciones. 18 mayo 2011

 

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