El Día Mundial del Agua se celebra cada  22 de marzo como una manera de llamar la atención sobre la importancia del agua dulce o de consumo humano y de concientizar por una gestión sostenible de los recursos hídricos.

La UNESCO ha desempeñado una función decisiva en la promoción del tema del Día Mundial del Agua, con la creación del Programa Hidrológico Internacional. En 1975, lideró las iniciativas destinadas a proporcionar una base científica que permitiera evaluar los recursos hídricos mundiales y elaborar principios éticos y socioeconómicos por lo que se guiaran las prácticas de ordenación y aprovechamiento de los recursos hídricos, especialmente en las zonas áridas.

Un día para celebrar que el agua dulce fue tema de especial interés en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) en el año de 1992.

Hoy en día hay 7.000 millones de personas que alimentar en el planeta y se prevé que habrá otros 2.000  millones para el año 2050.

Las estadísticas indican que todas las personas beben de 2 a 4 litros de agua a diario, sin embargo, la mayor parte del agua que ‘bebemos’ está incorporada en los alimentos que consumimos: producir 1 kilo de carne de vacuno, por ejemplo, consume 15.000 litros de agua, y 1 kilo de trigo se ‘bebe’ 1.500 litros.

Recientemente las Naciones Unidas presentaron su cuarto informe sobre el desarrollo del líquido vital en el mundo, cuya presentación coincidió con la apertura en Marsella del Foro Mundial del Agua, el mismo constituye el documento más exhaustivo existente hasta la fecha sobre el estado global de ese elemento.

Sugiere la ONU, la necesidad de responder a un aumento del 60% de la demanda energética en las próximas tres décadas y de invertir en energía limpia para reducir los efectos del cambio climático hace además de la energía hidráulica y de los biocarburantes factores esenciales en los planes de desarrollo.

En América Latina y el Caribe, el crecimiento demográfico y el alza de la actividad industrial duplicaron la tasa de extracción de agua en el siglo XX. Y, según datos de 2010, el deshielo de los glaciares afecta al suministro de agua de unos 30 millones de personas.

El cambio climático afectará la cantidad y calidad de un recurso vital para la humanidad, el agua subterránea, y es necesario no sólo investigar más esta fuente sino establecer reglas claras para su uso.

 

 

 

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